Traducir el lenguaje del gremio: del legal al médico

Todos hemos estado alguna vez en una situación en la que nos hablan en “otro idioma”… incluso cuando es el nuestro. Puede ser un abogado citando artículos de ley, un médico usando términos latinos o un técnico explicando una avería como si fuera un capítulo de física cuántica. Ahora imagina lo que pasa cuando ese lenguaje especializado hay que trasladarlo a otro idioma. Ahí es donde un intérprete o traductor profesional se convierte en un puente imprescindible.

1. El problema existe incluso en el mismo idioma

En un juicio, un acusado puede oír: “El artículo 248 del Código Penal tipifica la estafa como delito…” y no entender nada, aunque hable español perfectamente. En una consulta médica, un paciente puede escuchar: “Tiene una neoplasia benigna en el epitelio” y salir con cara de “¿y eso qué es?”.

Si ya dentro del mismo idioma hay que “traducir” para que el mensaje llegue, en la interpretación entre idiomas esta tarea se multiplica. No se trata solo de pasar palabras de un idioma a otro: se trata de adaptar el mensaje para que sea comprensible y fiel a la intención original.

2. Lenguaje jurídico: precisión y claridad

El lenguaje jurídico es una de las disciplinas más exigentes para cualquier traductor o intérprete. No solo por su terminología específica, sino por la responsabilidad que conlleva. Un término mal interpretado puede cambiar el sentido de una declaración o el resultado de un juicio.

Por ejemplo, la palabra “consideration” en inglés jurídico no es “consideración” en el sentido coloquial, sino la “contraprestación” en un contrato. Un error aquí podría invalidar un documento o generar un conflicto legal. Otro clásico: “statute of limitations”, que no es “estatuto de limitaciones” sino “plazo de prescripción”.

En interpretación judicial, además, hay que adaptar el discurso al nivel del interlocutor. Si el acusado o testigo no tiene formación jurídica, no sirve de nada trasladar palabra por palabra lo que dice el juez: hay que asegurarse de que entienda lo esencial, manteniendo fidelidad y tono.

3. Lenguaje médico: precisión vital

En el ámbito médico, la exactitud no es solo importante, es vital. Un error de interpretación puede poner en riesgo un diagnóstico o tratamiento. Y, como en lo jurídico, no siempre se trata de trasladar el término exacto, sino de encontrar la forma de que el receptor lo entienda sin perder el sentido técnico.

Ejemplo: “benign tumor” no es “tumor bueno” ni “tumor inofensivo”. Es “tumor benigno”, y aunque el término técnico suene similar, explicar que no es cáncer puede ser crucial para la tranquilidad del paciente. Otro ejemplo común es “screening”, que no es “pantalla” sino “prueba de cribado” o “detección temprana”.

Además, los médicos usan abreviaturas y jerga interna que no siempre es comprensible fuera del gremio: “EAP” (Equipo de Atención Primaria), “TA” (tensión arterial), “PCR” (proteína C reactiva… o prueba de COVID, según el contexto). El intérprete debe conocerlas y saber cuándo explicarlas.

4. Otros lenguajes especializados

No todo es derecho y medicina. También hay interpretación técnica, financiera, científica… Cada sector tiene su propio vocabulario y estilo de comunicación. Un intérprete en un congreso de ingeniería aeroespacial no solo necesita saber idiomas: necesita familiarizarse con conceptos, siglas y procesos que forman parte del día a día de ese sector.

La preparación previa es esencial: leer documentación, estudiar glosarios, repasar abreviaturas. Aquí es donde el intérprete se convierte en un estudiante constante, siempre actualizando su “base de datos mental”.

5. El intérprete como adaptador cultural

Traducir no es solo un acto lingüístico: es un acto cultural. En un juicio, un gesto, una pausa o el tono de voz pueden tener tanta importancia como las palabras. En una consulta médica, la forma en que se da una mala noticia varía de una cultura a otra.

El intérprete debe captar y trasladar no solo el mensaje literal, sino también la forma y el impacto que ese mensaje debe tener en el contexto cultural del receptor.

6. La anécdota del “gag” de frases cortas y largas

Uno de los momentos más cómicos (y desesperantes) para un intérprete es cuando en un idioma alguien dice una frase cortísima y, al traducirla, parece que se lanza un discurso entero… o viceversa.

Ejemplo real: un médico le dice al paciente en inglés: “You’re fine.” Dos palabras. Pero en el idioma del paciente, para que lo entienda y se sienta tranquilo, hay que decir algo como: “Está usted bien, no tiene nada grave, los resultados han salido normales y puede seguir con su vida habitual.” Resultado: el médico te mira como si hubieras inventado una novela.

Al revés también pasa: alguien habla durante dos minutos seguidos en otro idioma y la traducción se reduce a una frase de tres palabras… y el cliente cree que te has saltado medio discurso. No, simplemente, en el idioma de destino, ese concepto se expresa de forma mucho más concisa.

7. Casos reales que muestran la importancia

En un tribunal: un acusado de origen extranjero escucha la lectura de cargos en un lenguaje jurídico complejo. El intérprete no solo traduce los términos, sino que reformula para que entienda exactamente de qué se le acusa, sin cambiar el sentido legal.

En un hospital: una paciente recibe un diagnóstico con términos médicos que desconoce. El intérprete aclara los conceptos, usa ejemplos cotidianos y, además, ayuda a gestionar el tono para que la noticia se reciba con serenidad.

En un congreso técnico: un ponente explica un proceso con siglas propias de su empresa. El intérprete, previamente informado, ya las conoce y las traslada correctamente, evitando confusión entre los asistentes internacionales.

8. Retos ocultos que no se ven desde fuera

  • Ambigüedad: palabras que en un idioma tienen varios significados técnicos posibles.
  • Falsos amigos: términos que suenan igual pero significan otra cosa (“actual” en inglés significa “real” o “verdadero”, no “actual” en español).
  • Jerga interna: expresiones que solo entienden los miembros de un gremio.
  • Diferencias culturales: lo que se considera una explicación clara en un país puede sonar confuso o incluso grosero en otro.

9. Datos que confirman la complejidad

  • Según la NAJIT, el 65 % de los intérpretes judiciales considera que la adaptación cultural es tan importante como la precisión terminológica.
  • En el ámbito médico, la NCIHC señala que el 80 % de los errores críticos en interpretación se deben a la falta de contexto cultural.
  • Un estudio de la Universidad de Ginebra encontró que la preparación previa puede reducir los errores en interpretación especializada hasta en un 50 %.

10. Consejos para clientes

  • Facilita documentos previos: glosarios, antecedentes, nombres técnicos.
  • Explica el contexto: ayuda al intérprete a elegir el registro y el tono.
  • Confía en su criterio: si adapta una frase, es para que el receptor la entienda.
  • Evita improvisaciones: los cambios de última hora sin información previa aumentan el riesgo de errores.

11. El valor añadido de eXpresio Traducciones

En eXpresio Traducciones entendemos la complejidad de estos lenguajes especializados porque los hemos trabajado en entornos reales: tribunales, hospitales, salas de juntas, congresos internacionales. Nuestro equipo combina conocimientos lingüísticos, técnicos y culturales para que el mensaje llegue limpio y completo, sin importar el idioma o el gremio.

12. Conclusión: traducir ideas, no solo palabras

La traducción y la interpretación en lenguaje especializado no consisten en reemplazar términos, sino en transmitir conceptos de forma precisa y comprensible. Requiere preparación, sensibilidad cultural y una gran capacidad de adaptación.

Si quieres que tu mensaje, sea legal, médico o técnico, llegue tal y como debe, sin malentendidos ni pérdidas de sentido, contáctanos o pídenos presupuesto. Porque las palabras importan… pero lo que realmente cuenta es lo que logran comunicar.

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